Paso 1: Mezclar la Masa

1. En un bol grande, coloca una parte de la harina de trigo (reserva unas 4 cucharadas de harina para usarlas más adelante).
2. Haz un hueco en el centro del bol y disuelve la levadura en el agua fría.
3. Vierte esta mezcla en el centro del bol.

Paso 2: Incorporar Ingredientes

1. Con una cuchara de madera, comienza a mezclar desde el centro hacia afuera, integrando la harina poco a poco en el líquido.
2. Añade el aceite de oliva y la sal, pero asegúrate de que no entren en contacto directo con la levadura, ya que esto podría afectar la fermentación.

Paso 3: Amasar

1. Cuando la masa comience a tomar forma y se vuelva difícil de mezclar en el bol, pásala a una superficie enharinada (como la encimera).
2. Amasa vigorosamente durante unos 10 minutos. Es importante estirar la masa, torcerla y volver a amasarla para lograr una textura elástica.
3. Si la masa está demasiado pegajosa, añade poco a poco los 50 gramos de harina que reservaste, pero ten cuidado de no agregar demasiada.

Paso 4: Fermentar

1. Forma una bola con la masa y colócala en un bol ligeramente enharinado.
2. Cúbrela con un paño de algodón limpio y deja reposar durante 45 minutos a 1 hora o hasta que la masa haya duplicado su tamaño.
3. Para saber si está lista, presiona suavemente con un dedo; si la masa recupera su forma, está en su punto ideal.

Paso 5: Preparar para Hornear

1. Precalienta el horno a 250°C o a la máxima temperatura que tu horno permita.
2. Estira la masa con las manos hasta formar la base de pizza del grosor que prefieras.
3. Coloca la masa estirada en una bandeja para horno o, idealmente, sobre una piedra para pizza precalentada.

Paso 6: Hornear

1. Añade los ingredientes que desees a la pizza, como salsa de tomate, queso y tus toppings favoritos.
2. Hornea la pizza durante 10-15 minutos, o hasta que los bordes estén dorados y la base esté crujiente.