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Mermelada de manzana sin azúcar: Un toque saludable y natural


  • Author: Sofia

Ingredients

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Para preparar esta deliciosa mermelada de manzana sin azúcar, necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 6 manzanas verdes (preferiblemente ecológicas): Estas manzanas son más ácidas, lo que añade un equilibrio perfecto a la dulzura natural del agave o stevia.
  • 2 manzanas rojas (preferiblemente ecológicas): Añaden un toque de dulzura natural.
  • 68 cucharadas de stevia o 130-180 gramos de agave: Dependiendo de la preferencia por la dulzura.
  • 3 ramas de canela: Aportan un aroma y sabor cálido.
  • Zumo de 1 limón mediano: Evita la oxidación de las manzanas y mejora el sabor.
  • 1/2 taza de agua: Para ayudar en la cocción y hacer el agua de pieles de manzana.
  • 1 cucharada de bicarbonato de sodio: Utilizado para limpiar las manzanas y eliminar residuos.

Utensilios necesarios:

  • Tarro de cristal esterilizado
  • Cuchara de madera
  • Cuchillo o cortador de papas
  • Un bol de material no reactivo (no cobre, hierro, aluminio o acero)

Instructions

1. Limpieza de las manzanas

Lava y seca bien las manzanas para eliminar cualquier residuo de pesticidas u otros químicos. Para una limpieza más profunda, mezcla 2 tazas de agua con 1 cucharada de bicarbonato de sodio en un bol grande. Sumerge las manzanas durante 15 minutos. Después de este tiempo, enjuágalas bajo el grifo y sécalas con papel de cocina.

2. Pelado y preparación

Pela las manzanas, pero no tires las pieles ya que las utilizaremos más adelante para hacer el agua de manzana. Descorazona las manzanas y córtalas en cubos pequeños. Exprime el limón sobre los cubos de manzana para evitar que se oxiden mientras preparas el resto de los ingredientes.

3. Preparación del agua de manzana

Toma la mitad de las pieles que reservaste y ponlas a hervir en una cazuela con 1/2 taza de agua. Deja que hiervan durante 10 minutos, permitiendo que el agua absorba todos los nutrientes y sabores de las pieles. Apaga el fuego, cuela la mezcla y reserva el agua de manzana que has obtenido.

4. Remojo de las manzanas

Coloca los cubos de manzana en un bol de material no reactivo (como vidrio o cerámica). Añade 1/2 taza del agua de pieles de manzana que preparaste en el paso anterior. Cubre el bol con papel film y deja que las manzanas reposen entre 15 y 30 minutos. Este paso permitirá que las manzanas absorban más sabor y se suavicen antes de la cocción.

5. Cocción de las manzanas

Transfiere las manzanas remojadas a una cacerola y añade las pieles restantes. Tapa la cazuela y cocina a fuego medio durante 5-10 minutos o hasta que las manzanas estén tiernas. Remueve de vez en cuando para evitar que se peguen al fondo de la cacerola.

6. Retirar las pieles

Una vez que las manzanas estén bien cocidas y tiernas, utiliza una pinza para retirar las pieles que aún queden en la cacerola. Las pieles habrán soltado todo su sabor y no son necesarias en el producto final.

7. Añadir especias

Con las manzanas aún calientes, añade las ramas de canela a la mezcla. Si lo prefieres, puedes agregar otras especias como clavos, anís estrellado, vainilla o jengibre para variar el sabor de la mermelada según tus gustos personales.

8. Machacar las manzanas

Usa una cuchara de madera o un machacador de papas para triturar las manzanas cocidas hasta obtener una consistencia suave. Si prefieres una textura más fina, puedes usar una batidora de mano o procesador de alimentos en este paso.

9. Añadir el edulcorante

Cuando la mezcla comience a espesar, es momento de añadir la stevia o el agave. Remueve constantemente para asegurarte de que el edulcorante se integre bien con las manzanas y las especias.

10. Cocinar hasta espesar

Deja que la mermelada continúe cocinándose a fuego bajo hasta que adquiera la consistencia deseada. Recuerda que al enfriar, la mermelada se espesará aún más. La mejor forma de saber si está lista es cuando una gota gruesa de mermelada cae lentamente de la cuchara.

11. Envasado

Una vez que la mermelada esté lista, vierte la mezcla caliente en tarros de cristal esterilizados. Cierra los tarros herméticamente y colócalos boca abajo durante 24 horas para crear un vacío que ayudará a conservar la mermelada por más tiempo.