1. Preparar el marinado:

Este marinado sencillo pero sabroso será la clave para un pollo tierno y aromático.

• Exprime el jugo de los 2 limones en un bol grande. Asegúrate de eliminar cualquier semilla para evitar tropezones amargos.
• Añade los 3 dientes de ajo finamente picados al jugo de limón.
• Incorpora 1 cucharada de miel, que dará un ligero toque dulce que balanceará la acidez del limón.
• Agrega 1 cucharada de aceite de oliva para darle suavidad al marinado y asegurar una cocción uniforme.
• Sazona con sal y pimienta al gusto. Mezcla todos los ingredientes bien hasta que estén completamente integrados.

2. Marinar el pollo:

El marinado es fundamental para dar sabor y suavidad a la carne.

• Coloca las 4 pechugas de pollo en un recipiente amplio o en una bolsa de plástico con cierre hermético.
• Vierte el marinado sobre el pollo, asegurándote de que las pechugas queden bien cubiertas por la mezcla.
• Cubre el recipiente con film transparente o cierra bien la bolsa y refrigera durante al menos 30 minutos. Para obtener un mejor sabor, se recomienda dejar marinar el pollo toda la noche.

3. Hornear el pollo:

Este método de cocción asegura que el pollo quede jugoso por dentro y ligeramente dorado por fuera.

• Precalienta el horno a 200°C (390°F) mientras el pollo se marina.
• Coloca las pechugas de pollo en una bandeja para hornear, vertiendo también todo el marinado en la bandeja.
• Hornea durante 25-30 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido (la temperatura interna debe alcanzar los 75°C o 165°F) y la superficie esté dorada.
• Voltea las pechugas a la mitad del tiempo de cocción para asegurar un dorado uniforme.

4. Reposar y servir:

Permitir que el pollo repose es crucial para obtener una carne jugosa.

• Retira las pechugas de pollo del horno y déjalas reposar durante 5 minutos antes de cortarlas. Este paso permite que los jugos se redistribuyan dentro de la carne, manteniéndola tierna.
• Decora con perejil fresco picado si lo deseas para darle un toque de color y frescura adicional.